jueves, 5 de noviembre de 2009

Se acerca la Navidad...

Aún falta mes y medio para que sea Navidad, pero parece que está aquí mismo. Afortunadamente, estos insólitos calores que hemos tenido estas últimas semanas parece que se han ido, porque resultaba verdaderamente difícil ensayar villancicos cuando uno anda todavía en manga corta y sandalias de verano.
La vida en un coro es una sucesión de épocas y trimestres, tenemos que preparar los repertorios con antelación y eso nos hace empezar a entonar canciones que hablan de frío y nieve cuando todavía estamos disfrutando de la piscina y los helados. Y total, para cantarlo en unos pocos conciertos el fin de semana de antes de nochebuena y poco más. Por desgracia, la mayoría de villancicos no son susceptibles de ser cantados en otra época que no sea el mes de diciembre. Quizá en lo efímero de su existencia radique su encanto, en cualquier caso, es un repertorio siempre bonito y agradecido a la hora de ofrecerlo al público.
Este año, como los anteriores, renovamos repertorio aprendiendo nuevas canciones, y una de ellas habla de un Niño Jesús que llora y llora sin consuelo, quizá porque no le gusta este mundo que le tenemos preparado dos mil años después de su primer nacimiento.
Seguiremos hablando del tema.

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