Estamos a las puertas del comienzo del invierno. Época de cambios meteorológicos, de virus al acecho y montaje de Belenes y árboles de Navidad.
Inauguramos la Navidad ayer tarde, con el concierto de Villancicos que ofrecimos en la Parroquia San Juan de Dios, de Getafe.
Al reunir a la tropa antes del concierto, pude comprobar que nuestras fuerzas estaban muy mermadas... la mitad de nosotros estábamos con gripe, catarro, problemas de voz... Al ser un coro pequeño, cualquier problema de este tipo se ve más acentuado aún, con lo cual el panorama era, cuando menos, preocupante.
Sin embargo, pudimos sacar adelante el concierto sin problema. Es más, me atrevo a decir que nos salió muy, pero que muy bien. Ante este tipo de situaciones, lo único que se puede hacer es echarle valor y darlo todo. Así hicimos, y el resultado fue que nuestras voces sonaron bien, empastadas y bien templadas.
También hubo un factor que influyó mucho en todo esto: la presencia de dos amigos, Miguel Angel Ebro y Ángel Vicente, dos sacerdotes, amigos, verdaderos ángeles de la guarda de nuestro coro. Su presencia allí fue tan gratificante para nosotros, que hicieron que se nos olvidaran todos los males.
Hemos querido comenzar la Navidad cantando entre amigos, y no podríamos haber elegido mejores amigos que ellos, ni mejor lugar que la Parroquia San Juan de Dios. Una Iglesia humilde, pero con un corazón vivo que trabaja sin cesar por los que más lo necesitan. Queremos desde aquí agradecerles su apoyo y cariño.
También quiero felicitar a mis chicos del coro por su actitud de ayer, nos crecimos ante la dificultad, y el resultado fue muy positivo.
Un abrazo para todos!
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