Lo que se escucha en el patio de butacas o el banco de la Iglesia
Los coros se pueden clasificar de diversas maneras:
Según el número de componentes: Corito, coro, coral, orfeón. Como corito se entiende coro de cámara, por supuesto.
Según el tipo de composiciones a interpretar, existen desde coros rocieros hasta coros parroquiales, hay quien denomina a los coros o corales como “polifónicos”, lo cual no deja de parecerme una obviedad, pero la palabreja queda bonita y llena bastante.
Otra cosa es la clasificación que todos hacemos cuando oímos a otro coro en un encuentro. Si pusiéramos un micrófono entre las butacas, obtendríamos algunas psicofonías de primera. Doy fe de cosas que he escuchado comentar durante la interpretación de algunos conciertos.
- “!Uff, ya podían haberse puesto todas las mujeres las medias del mismo color, queda feísimo así!” (Comentario hecho mayoritariamente por mujeres, los hombres se fijan menos en esas cosas).
- “!Mira, mira esa del collar de perlas, menudo lamparón lleva en la falda!” (sobra decir que lo dice la misma señora que hizo el comentario anterior)
- “A esa soprano se la oye mucho, ¿no?”
- “Qué director más soso, si casi no se mueve”
- “Hala, el director, se mueve más que la melena de pocholo” (hay opiniones para todos los gustos)
- “¡Psssssssssss Silencioooo!! (Esto lo dice alguien que ya no aguanta tantos comentarios)
- “Dimeeeeeee...... esque estoy en un concierto, y no puedo hablar” (marditos móvilesssssss... menos mal que no podía hablar)
- “¿Tienes el programa? ¿Qué canción viene ahora? ¿Faltan muchas?” (esto, o lo dice alguien que se está aburriendo, o alguien del siguiente coro al que le toca salir a cantar que se está poniendo nerviosito)
- “¡Suenan bien, eh? Me encantan las/los...!” y ahí ponemos a la cuerda a la que pertenemos nosotros. Deformación profesional.
- “¡Qué canción más chula, la tenemos que aprender nosotros también!” (Esto es como el “ya te llamaré”, se dice y nunca se hace)
- “¡Qué coro más bueno, y eso que tienen poquitos hombres, pero que bien se les escucha!”
- “¡Qué buenas las sopranos, deben ser profesionales la mayoría!”
- “ ¡Qué buenas las voces, pero que programa más aburrido!”
- "¡Uff... chillan demasiado, ¿no?!
- " Qué empastados están... mira como abren la boca, se nota que estudian canto"
Y así, catalogamos a los coros en función de lo que nos transmiten; hay coros muy jóvenes, otros muy mayores, coros divertidos, coros con sensibilidad, coros con ganas de cantar a pleno pulmón, otros que nos hacen agudizar el oído para escucharlos...De todos ellos podemos aprender algo bueno. Y, ante todo, no debemos perder nunca la HUMILDAD pero ese tema merece un capítulo aparte.
Según el número de componentes: Corito, coro, coral, orfeón. Como corito se entiende coro de cámara, por supuesto.
Según el tipo de composiciones a interpretar, existen desde coros rocieros hasta coros parroquiales, hay quien denomina a los coros o corales como “polifónicos”, lo cual no deja de parecerme una obviedad, pero la palabreja queda bonita y llena bastante.
Otra cosa es la clasificación que todos hacemos cuando oímos a otro coro en un encuentro. Si pusiéramos un micrófono entre las butacas, obtendríamos algunas psicofonías de primera. Doy fe de cosas que he escuchado comentar durante la interpretación de algunos conciertos.
- “!Uff, ya podían haberse puesto todas las mujeres las medias del mismo color, queda feísimo así!” (Comentario hecho mayoritariamente por mujeres, los hombres se fijan menos en esas cosas).
- “!Mira, mira esa del collar de perlas, menudo lamparón lleva en la falda!” (sobra decir que lo dice la misma señora que hizo el comentario anterior)
- “A esa soprano se la oye mucho, ¿no?”
- “Qué director más soso, si casi no se mueve”
- “Hala, el director, se mueve más que la melena de pocholo” (hay opiniones para todos los gustos)
- “¡Psssssssssss Silencioooo!! (Esto lo dice alguien que ya no aguanta tantos comentarios)
- “Dimeeeeeee...... esque estoy en un concierto, y no puedo hablar” (marditos móvilesssssss... menos mal que no podía hablar)
- “¿Tienes el programa? ¿Qué canción viene ahora? ¿Faltan muchas?” (esto, o lo dice alguien que se está aburriendo, o alguien del siguiente coro al que le toca salir a cantar que se está poniendo nerviosito)
- “¡Suenan bien, eh? Me encantan las/los...!” y ahí ponemos a la cuerda a la que pertenemos nosotros. Deformación profesional.
- “¡Qué canción más chula, la tenemos que aprender nosotros también!” (Esto es como el “ya te llamaré”, se dice y nunca se hace)
- “¡Qué coro más bueno, y eso que tienen poquitos hombres, pero que bien se les escucha!”
- “¡Qué buenas las sopranos, deben ser profesionales la mayoría!”
- “ ¡Qué buenas las voces, pero que programa más aburrido!”
- "¡Uff... chillan demasiado, ¿no?!
- " Qué empastados están... mira como abren la boca, se nota que estudian canto"
Y así, catalogamos a los coros en función de lo que nos transmiten; hay coros muy jóvenes, otros muy mayores, coros divertidos, coros con sensibilidad, coros con ganas de cantar a pleno pulmón, otros que nos hacen agudizar el oído para escucharlos...De todos ellos podemos aprender algo bueno. Y, ante todo, no debemos perder nunca la HUMILDAD pero ese tema merece un capítulo aparte.
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